junio 21, 2006

Coloane: el adolescente y adulto joven.

A los 13 años Coloane dejó el seminario jesuita de Ancud y partió a estudiar al colegio de los sacerdotes salesianos de Punta Arenas. Corría el año 1923. "Por primera vez me encontré en una ciudad que, al llegar, me pareció como una esponja envuelta en nieve", ha contado.
..... Marcada por la presencia de yugoslavos, españoles, noruegos, rusos e italianos emigrados y de los tripulantes de los barcos que pasaban por ese extremo del continente desde el oceáno Atlántico hacia el Pacífico, Punta Arenas tenía un toque internacional pródigo en personajes poco convencionales.
"El ambiente cosmopolita de Magallanes y el desaparecimiento de mi madre cuando yo tenía 15 años crearon lo que soy hasta la fecha: un ser que no se siente bien en ninguna parte" señaló Coloane en el discurso con que agradeció el Premio Nacional de Literatura, en 1964. La muerte de Humiliana Cárdenas le desencadenó una tremenda crisis. De ser un alumno destacado pasó a ser uno de los peores de su curso y no terminó el colegio. Huérfano y sin dinero, se embarcó hacia Tierra del Fuego y allí se ganó la vida cazando baguales, nombre que se les da a los ovinos, vacunos o caballares que se apartan de la manada y se tornan salvajes.

A los 18 años hizo el servicio militar y a los 19 se empleó como aprendiz en la Estancia Sara, en la Tierra del Fuego argentina. Su primer cuento, Perros, caballos, hombres, da cuenta del clásico trío que recorre pampas donde a menudo se asiste al crudo espectáculo de la explotación del débil por el más fuerte. "El hambre obliga al hombre a comer y la cárcel a trabajar para que no robe su comida", dice el temible "rey del páramo" en el cuento Tierra del Fuego que Miguel Littin ahora ha llevado al cine.
Dice que nunca pensó en ser escritor y que si se convirtió en uno fue por nostalgia de una época que él ha calificado como la más feliz de su vida. Allá en Magallanes se enamoró de Manuela Silva Bonneaud, de la que enviudó muy luego y con la que tuvo a su hijo Alejandro: Alejandro Silva se llamaría luego el joven protagonista de El último grumete de la Baquedano.
..... Buscando ganarse la vida, Coloane se vino a Santiago donde obtuvo un título como técnico sanitario; después se empleó como jefe de taller de imprenta y desembocó en el periodismo. Su primer trabajo fue como cadáver: posó para un colega reportero gráfico de Las Últimas Noticias con el cual llegaron atrasados al lugar del crimen. El primer cuento, Lobo de dos pelos, lo escribió en cama, gracias a una gripe. No tenía plata ni para los remedios y El Mercurio le pagó por su relato. El último grumete lo escribió en quince días, esta vez aprovechando una intoxicación. Lo envió a un concurso de novela juvenil de Zig-Zag y se sorprendió al ganar el premio. En 1944 se volvió a casar. Lo hizo con Eliana Rojas, asistente social, madre de su hijo Francisco.
Agradecemos a Claudia Donoso por el material biográfico detallado en su sitio Francisco Coloane: Padre de la Patria. A la vez al archivo fotográfico del Diario La Segunda.

1 comentario:

Unknown dijo...

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